«Cristo Jesús, siendo de condición divina, se despojó de sí mismo, tomando la condición de esclavo y haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y el dio el Nombre-sobre-todo-nombre, de modo que ante Él toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo y toda lengua proclame: ‘Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre’ « (Carta de S. pablo a Filipenses 2, 6-11)
«Adorar es reconocer que Jesús me señala el camino que debo tomar, me hace comprender que solo vivo bien si conozco el camino indicado por Él, solo si sigo el camino que Él me señala» (Papa Benedicto XVI)
“Adorar es descubrir que para rezar basta con decir: «¡Señor mío y Dios mío!», y dejarnos llenar de su ternura”. (Papa Francisco)
“Adorar es guardar silencio ante la Palabra divina, para aprender a decir palabras que no duelen, sino que consuelan”. (Papa Francisco)
«El auténtico sentido de la Eucaristía se convierte de por sí en escuela de amor activo al prójimo» (Papa Juan Pablo II)
«La adoración prolongada del Santísimo Sacramento fuera de la Misa testimonia el arrobamiento permanente de la Iglesia y custodia siempre viva su adhesión de amor a este amor divino que lleva al orante al interior del intercambio trinitario» (Cardenal Marc Ouellet)
